Aprender a ser Feliz


En la medida en que existe un amplio margen (en torno al 40%) de factores no genéticos que inciden en el nivel de felicidad que pueden ser controlados por nosotros, podemos asumir que es posible llevar a cabo acciones para que la persona alcance el máximo de su rango personal de felicidad, esto es, que aprenda a ser feliz. En este contexto es obligado referirse a los trabajos de Fordyce (1997) que ponen de manifiesto que se puede aprender a ser feliz comportándose y actuando como la hace la gente feliz. Para este autor, es posible aumentar la felicidad percibida mediante la educación de factores personales adquiridos y la modificación de las circunstancias ambientales del entorno en el que la persona se desenvuelve. Fordyce (1957) identificó catorce cualidades que eran comunes a las personas felices y estaban vinculadas a actividades cotidianas que cualquier individuo podía hacer. Estas cualidades claves estaban relacionadas con tres grandes ámbitos sociales:

1) Dedicar mñas tiempo a la vida social mediante la participación en actividades formales (clubes, asociaciones, etc.) e informales (amigos, compañeros de trabajo, etc.) que ofrecen la oportunidad de generar sentimientos de satisfacción y pertenencia e inciden favorablemente en la percepción de felicidad.

2) Desarrollar una personalidad sociable y atractiva en base al aprendizaje de habilidades sociales que hagan a la persona más atractiva desde el punto de vista de las relaciones sociales. Por ejemplo, tener un comportamiento extravertido, reconocer a los demás, sonreír, ser un buen conversador, son algunos de los aspectos que favorecen el establecimeinto de relaciones sociales.

3) Mejorar las relaciones íntimas prestando especial interés a las relaciones afectivas con la pareja, el establecimiento de fuertes lazos de amistad con personas próximas y aumentar el contacto y las relaciones con los familiares.

A partir del marco teórico y las aportaciones realizadas por este investigador, Palomera (2008) propuso un programa de intervención para potenciar el nivel de felicidad de las personas mediante el desarrollo de una serie de tareas, asociadas a cada una de las doce claves que esta autora considera fundamentales para lograr la felicidad, cuya realización nos ayudaría a aprender a ser más felices:
  • Tener relaciones sociales significativas y sanas.
  • Pasar más tiempo socializándose, ser extravertido.
  • Mantenerse ocupado en aquello que es agradable personalmente.
  • Perseverar en la consecución de las metas significativas.
  • Tener organización y planificación.
  • Dejar de preocuparse por aquello que no tiene solución.
  • Rebajar las expectativas y aspiraciones.
  • Pensamiento optimista.
  • Orientación al presente.
  • Gustarse y ser uno mismo.
  • Eliminar emociones negativas y problemas.
  • Valorar la felicidad.
Así por ejemplo, para incrementar las relaciones sociales significativas y sanas, se propone como tarea,
"realizar un listado de 1) las personas significativas para mí, 2) evaluar el grado de atención y el tiempo que les presto, 3) pensar en qué puedo hacer para pasar más tiempo junto a ellas y disfrutar juntos" ;
para lograr un mayor nivel de socialización la tarea que se propone consiste en:
"1) reflexionar sobre la necesidad de cada uno de involucrarse más en actividades sociales, 2) reservar tiempos semanales para ello, 3) buscar recursos sociales en nuestro entorno que ofrezcan actividades grupales que te interesen";
para valorar la felicidad señala que la tarea a realizar sería: "realizar un listado con diez metas vitales y ordenarlas por importancia".




La Teoría del Bienestar

Una de las propuestas más interesantes para entender el bienestar psicológico desde la perspectiva eudaimónica* es la teoría multidimensional elaborada por Ryff (1989a). Partiendo de que el bienestar psicológico supone "el compromiso con los cambios existenciales de la vida" y es un concepto estrechamente relacionado con el desarrollo de las capacidades y el crecimiento personal, Ryff defiende que el bienestar psicológico está asociado a determinados criterios de desarrollo positivo de la personalidad que van más allá de un simple balance de afectos positivos y negativos. A partir de esta asunción, Ryff propone un modelo teórico constituido por seis dimensiones relacionadas con las necesidades, motivos y atributos que cualquier persona, en un estado normal de salud, debe satisfacer para ser feliz:

1) La autoaceptación o actitud positiva hacia el yo ("me siento satisfecho conmigo mismo"). Para tener un funcionamiento positivo es necesario que la persona se sienta bien y tenga una actitud positiva consigo misma, asumiendo sus propias limitaciones. Las personas con un alto nivel de autoaceptación se caracterizan por tener una elevada autoestima.

2) El crecimiento o desarrollo personal ("mi vida es un continuo proceso de cambio, aprendizaje y desarrollo"). Todos los individuos están obligados a desarrollar sus potencialidades con el fin de crecer como personas y alcanzar el máximo de sus capacidades.

3) Sensación de sentido de la vida ("tengo claro la dirección y el objetivo de mi vida"). Las personas necesitan que sus vidas tengan un propósito, una dirección, y para ello es imprescindible establecer objetivos y metas personales que promuevan la motivación para actuar y desarrollarse.

4) Control o dominio del medio ("creo que soy bueno manejando las responsabilidades cotidianas"). El bienestar psicológico supone que el individuo necesita desarrollar su habilidad para seleccionar y crear aquellos ambientes que favorecen la satisfacción de sus deseos y necesidades. Las personas con un lto dominio del mundo se caracterizan por tener un locus de control interno y un alto nivel de autoeficacia.

5) Relaciones positivas con otros o la creencia de que se tienen relaciones de confianza, calidad, empatía e intimidad con otros ("la gente puede describirme como una persona que comparte"). Para lograr un buen nivel de bienestar psicológico es muy importante que el individuo sea capaz de establecer relaciones sociales estables y positivas, de modo que tenga a otras personas (familiares, amigos, compañeros) a las que amar y en las que confiar.

6) La autonomía o capacidad de ser independiente, de regular la conducta por normas internas y ser capaz de resistir la presión social ("tengo confianza en mis opiniones, incluso si son contrarias al consenso general"). La persona debe reforzar sus convicciones (autodeterminación) y defender su nivel de independencia y autoridad personal, con el fin de limitar los efectos de la presión social y autorregular adecuadamente su conducta en los diferentes contextos sociales.

Según Ryff, estas dimensiones cambian a lo largo de la vida, de modo que mientras el crecimiento personal y los propósitos de vida van disminuyendo conforme pasa el tiempo, las dimensiones de autonomía y dominio del medio ambiente tienden a aumentar a lo largo del ciclo vital.

Para explicar el Bienestar Psicológico existen dos tradiciones:

* HEDONISTA: maximizar las experiencias de placer y minimizar las de dolor o sufrimiento, asumiendo que la felicidad se construye en base a las experiencias placenteras experimentadas en la vida.

* EUDAIMÓNICA: la felicidad está en nosotros mismos, donde el ser feliz estriba en potenciar y desarrollar lo mejor que cada persona lleva dentro, poniendo las habilidades y el talento al servicio del logro del bienestar propio y de los demás.

Frase de las Semana

Cuando abandonamos la vieja senda, se abre ante nosotros un nuevo territorio lleno de maravillas.